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11 de septiembre de 2020

 



             FER, EL HERMANO DE RUTHI, ESTÁ TRISTE

 

              Hoy he ido con mamá a buscar a Fer: se quedaba a comer en el cole. Ha salido muy triste. Después de darnos un abrazo y un beso a mamá, le ha preguntado:

              -Mamá, ¿yo estoy enfermo?

              - ¡Por dios cariño! ¡Claro que no! ¿Te han tomado la temperatura? No me han dicho nada de que tuvieras fiebre.

              - Entonces … huelo mal ¿verdad?

              - ¡Pero cariño! ¿qué te pasa? Hueles a tu colonia de superhéroe, como siempre.

              - Entonces… ¿por qué no he podido abrazar a mi amigo Julián de la otra clase? ¿y por qué la seño Rosario no me ha dejado darle un beso? ¿y por qué vamos juntos unos pocos y no nos dejan jugar con los de la seño Mariló? ...Yo no vuelvo a ese colegio, me voy con Ruthi a su escuela, que allí dejan jugar juntos.

              Eso es verdad, en mi escuela estamos juntos los amigos, aunque han puesto unas cintas como de un laberinto mágico, pero estamos juntos.

              Fer ha seguido muy triste y enfurruñado. Mamá no sabía qué decirle.

              -Mira cielo, todo esto es por el COVID, que ya os he explicado que es un bicho que no se ve y os puede poner malitos. Los profes lo que quieren es cuidaros.

              - ¡Mentira! ... ¡Los profes ya no nos quieren y no quieren que tengamos amigos! ¡Van vestidos como marcianos y no se acercan a nosotros! ¡Nos hablan de lejos! Y ya no nos abrazan.

              Fer se ha puesto a llorar y yo también al verlo tan triste. Mamá no sabía qué hacer.

              -Vamos niños, tranquilos, esto no durará siempre y luego lo olvidaremos.

              - ¡Si ya…! Pero después nunca tendremos amigos por si viene el bicho y nos ataca.

              - Ya verás como no es así. Vámonos al parque y allí abrazas a Julian que seguro que está en los columpios.

              - ¡No sé! A lo mejor su mama no le deja por el bicho. Fer estaba muy, muy triste.

              - ¡Tengo una idea! ¡Vamos a comprar una bolsa grande de chuches y las compartiremos con los amigos en el parque! ¡Ya verás como ni bicho ni nada… todos vienen a comerlas!

              Yo me pongo contenta con la idea de mamá que es genial, me encantan las chuches de pececitos y cocacolas. Fer se anima un poco pero sigue enfadado.

              . ¡Qué asco de bicho! ¡Quiero matarlo! Y a los mayores que se asustan y nos meten miedo. Enfermos no nos ponemos, pero es un bicho malísimo que nos ha robado la alegría.

              Fer tiene toda la razón.

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